lunes, 21 de noviembre de 2016

Mísera...



"En el Año del Jubileo había concedido a los fieles, que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, la posibilidad de recibir válida y lícitamente la absolución sacramental de sus pecados[15]. Por el bien pastoral de estos fieles, y confiando en la buena voluntad de sus sacerdotes, para que se pueda recuperar con la ayuda de Dios, la plena comunión con la Iglesia Católica, establezco por decisión personal que esta facultad se extienda más allá del período jubilar, hasta nueva disposición, de modo que a nadie le falte el signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia"

Y es "Mísera" por lo que ya se dijo: porque no deja en claro o manifiesto que todos los Sacramentos de la FSSPX son perfectamente válidos y lícitos. Sin embargo, como hemos notado desde aquí y otros también lo han hecho, si bien una "suspensión a divinis" puede recaer en todos o alguno de los Sacramentos (canon 1331. 1 1), validar la Confesión (y el Orden) equivale a autorizar los demás, puesto que se descuenta que los Sacerdotes de la la FSSPX no van a considerar como una falta moral la recepción -supuestamente "ilícita"- de todos o cada uno de los Sacramentos impartidos por ellos mismos o se les autoriza a conferirlos lícita y válidamente desde que no se necesita permiso para su ordenación. 

Pero lo pobre, lo desgraciado o infeliz, lo mísero, es por la falta de claridad. El Papa pudo, aunque sea por razones de estrategia, mover el tablero, buscar un efecto y dejó pasar la oportunidad...

Conste que el reconocer la validez y licitud de los Sacramentos de la FSSPX es un acto de justicia y no como se mal interpreta, de "misericordia"...



Prochain rendez-vous, août 2017, Fatima, Portugal

jueves, 17 de noviembre de 2016

Ante un posible reconocimiento canónico

El posible próximo "reconocimiento canónico" de la FSSPX está poniendo nervioso a más de uno, al coludo y a sus adláteres, a los que abandonaron el barco de la pequeña pero señera embarcación así como a los que nunca posaron sus pies en ella y a los que sí lo hicieron -y lo hacen- pero hesitan si tirarse por la borda o no. 

La urgencia viene dada por el vencimiento del plazo del "Año de la Misericordia" -durante el transcurso del cual se concedió validez al Sacramento de la Confesión impartido por sacerdotes pertenecientes a la FSSPX- que hace suponer que la "misericordia" habrá de proseguirse de algún modo respecto de la mencionada institución. Algunos dichos recientes del Superior General, interpretados en forma algo sesgada, lo confirman.

Repasemos las actitudes que mencionamos al principio: la del coludo y sus adláteres no es nueva, se manifiesta cada tanto a través del Anticristo o de algunos Prelados o conjunto de ellos llamados "Conferencias episcopales" bajo amenazas más o menos veladas;  la de los que abandonaron la Institución es enfermiza y proviene de gatos de distintas razas: british shorthear, exóticos, pelicorto americano o europeo y algún siamés,  aunque todos ellos con una característica en común y es que son algo asustadizos (no los criticamos por ello, sí por ir a refugiarse en una cuna de gatos que no es la debida); los que nunca posaron sus pies, no han entendido nada del combate de la Tradición, pero si se avienen, no debemos reaccionar respecto a ellos como lo hizo el hermano mayor del "hijo pródigo"; los que hesitan son un caso difícil, y en virtud de que la línea marcada desde la Superioridad es clara, si por caso tuvieran tentaciones gatunas, ya deberían haber tomado la decisión que más les conviene, porque eso de esperar a los acontecimientos para "rasgarse las vestiduras" no es de buenos cristianos...

Veamos ahora la actitud católica. Supone el reconocer el carácter testimonial-esjatológico de la FSSPX, el cual tuvo este derrotero: una parte exclusivamente testimonial (de defensa de la doctrina y liturgia de siempre) con un status al principio canónico y luego otro en apariencia ilícito ("suspensión a divinis") hasta desembocar en la "muerte espiritual" también aparente ("excomunión" de los Obispos de la FSSPX) infligida y festejada por los enemigos de la Iglesia (a cuya cabeza se encontraba un pretenso "santo"). Luego, una etapa en la cual quedaron expuestos sus "cadáveres" los cuales "no estaba permitido sepultar", etapa que permanece hasta el día de hoy, si bien existe la posibilidad de que aquellos testigos se hayan "puesto de pie" con los levantamientos de las "excomuniones" y otros reconocimientos romanos. 

Hacemos notar que sólo resta una reivindicación formal del testimonio dado, cuyo tenor no podemos determinar al presente, pero que en ningún caso conlleva otra "muerte", otros "festejos" por parte de los enemigos, otras "exposiciones" de sus cadáveres, otras "puestas en pie"...Si esa reivindicación pasa por la vuelta a la canonicidad oficial, bienvenida será; si lo es por cambios en la Iglesia que hagan que ésta rectifique su rumbo en aras a la "purificación del Santuario", también lo será. 

Ya hemos aclarado que por nuestra parte el "nunc dimittis" sería la validación oficial de todos los Sacramentos impartidos por la FSSPX esta vez sin extensión de plazo y ello por una finalidad exclusivamente apostólica. Tampoco es que nos hagamos muchas ilusiones en ese sentido, pero al menos habremos quitado la "excusa" a los invitados que no quieran acercarse. No nos interesa "per se" un marco canónico, pero recordamos una vez más que  Roma está obligada a otorgarlo (canon 265) y que sólo en caso de esgrimir una causa de justificación legítima es posible sustraerse al mismo.

martes, 15 de noviembre de 2016

Las señales cósmicas en las Escrituras


Nos hemos propuesto indagar sobre el significado de las referencias al sol, a la luna y a las estrellas en la perspectiva de las Escrituras.  Convencidos, como estamos, de que el presente es el tiempo de la "gran tribulación", resulta de interés desentrañar ese significado, con el propósito de estar atentos a los cada vez más interpelantes "signos de los tiempos".

La tradición patrística ha reconocido en el sol, al "Sol de Justicia" (Malaquías 4, 1-6), esto es a Jesucristo, que irradia su luz propia; y en la luna, a la Iglesia, que recibe de este Sol su claridad, y que en la noche brilla en medio del mundo. Finalmente, en las estrellas, a la luminarias de la Iglesia, los maestros y doctores o las dignidades eclesiásticas. Así queda demostrado en el pasaje de la Mujer 'vestida de sol' del Apocalipsis, que simboliza a la Iglesia de los últimos tiempos (y asimismo a la Virgen de Fátima). Y en el "tercio de las estrellas" que son derribadas en tierra por el Dragón  (Ap 12).

Recientemente, a raíz de nuestra interpretación de los septenarios del Apocalipsis y de la mención al oscurecimiento del sol, al enrojecimiento de la luna y a la caída de las estrellas que menciona Nuestro Señor en su discurso esjatológico (Mt 24), hemos discurrido con un amigo de esta casa sobre el alcance de esa simbología. 

Si bien es dable pensar que las señales cósmicas que evocamos signifiquen respectivamente la negación de Cristo por los católicos (en concreto, a través de la desvirtuación del Santo Sacrificio), la crisis de la Iglesia ("gran tribulación") y la apostasía del clero, tal explicación encuentra un (aparente) desmentido en la ubicación de esas señales ex post tribulación:  "después de la tribulación de aquellos días el sol se oscurecerá y la luna no dará más su fulgor, los astros caerán del cielo" (Mt 24); "y despues que seas extinguido cubriré el cielo y haré ennegrecer sus estrellas, cubriré el sol con una nube y la luna no dará su luz" (Ez 32, 7); "el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre  antes que llegue el grande y terrible día de Yahvé" (Joel 2, 30).

Ahora bien,  la cita de Mateo 24, como lo menciona nuestro corresponsal, podría ser la descripción del estado de la Iglesia al finalizar la tribulación; la cita de Ezequiel, es un tanto misteriosa (al igual que la que refiere a Tiro y a su rey, que se le emparenta), pero hay indicios de que pueda referir a la caída de Babilonia, la que se produce a manos del Anticristo y por tanto las señales cósmicas sí pueden referir a la crisis que éste último desata; la cita de Joel es perfectamente compatible con la crisis actual, la que es 'antes' del "Día de Yahvé". De hecho, otra cita del profeta Joel es clara muestra de que los fenómenos cósmicos ocurren a consecuencia del accionar del Anticristo (Joel 2, 20).

Dicho esto, también es cierto que  las señales cósmicas son el reflejo del triunfo de Cristo: "la luna se enrojecerá y el sol se oscurecerá, porque Yahvé de los ejércitos reinará en el monte Sión y en Jerusalén y delante de sus ancianos resplandecerá su gloria" (Is 24, 23)

Así pues, ambos significados son plausibles y pueden coexistir. 

sábado, 12 de noviembre de 2016

Los trasfondos de algunas críticas

Se ha abierto en el foro de Hispanismo.org un interesante hilo de discusión  cuya lectura recomendamos a nuestros lectores. 

En líneas generales compartimos la opinión del participante "Kontrapoder", de quien extraemos estas consideraciones al azar: 

Por descontado, puede darse el caso de personas que critiquen al Papa pero sin que esto venga determinado por su apreciación positiva del Putin. O de personas cuyas críticas vienen dictadas por su amor a la Iglesia y no porque quieran utilizarla para sus fines políticos

Comentas tu desagrado por el mamoneo con los luteranos. Créeme que soy el primero que detesta cualquier tipo de trato con los protestantes. Pero, si no recuerdo mal, en estos mamoneos con los protestantes incurrieron también los dos papas anteriores. Entonces entiendo que no hay que atribuir toda la responsabilidad a Francisco al tiempo que se idealiza a los dos papas anteriores; ni hay que alarmarse en exceso por una cosa que, por desgracia, nos es muy familiar a los que llevamos más de tres décadas en el mundo. Lógicamente, hay que combatir estas desviaciones, pero atribuyendo a cada uno la cuota de responsabilidad que le toca. Por otra parte, siempre he creído que al pontífice reinante hay que guardarle un respeto extra, que no es exigible con los papas anteriores, sólo por el hecho de estar en ese momento a la cabeza de la Iglesia. Porque entiendo que si las críticas rebasan cierto nivel pueden empezar a hacer daño a la Iglesia.

Hablábamos sobre el "mamoneo" con los protestantes. Es razonable estar disgustados por lo del Papa Francisco en Suecia, pero me gustaría recoger varias noticias que prueban que estas acciones no son nuevas ni sorprendentes, sino que responden a una sucesión temporal de eventos en la que tienen un papel muy destacado los dos papas anteriores. Es fundamental conocer los antecedentes de de las noticias. A veces con la hemeroteca se comprende el presente mejor que con las noticias de actualidad.   [ver la documentación con que apoya sus afirmaciones, muy ilustrativa]

Está claro que hay que dar una respuesta. Pero hay respuestas y respuestas. Las de la FSSPX suelen ser bastante equilibradas y caritativas. Las de Infocatólica faltan a la caridad más elemental y en mi opinión son fruto de oscuras razones ideológicas. Cualquier repuesta que no pase por reconocer que los males de Francisco vienen de papados anteriores es un engaño.


En una línea parecida, los infocatólicos critican absolutamente todo lo que ha hecho el Papa Francisco salvo una cosa: la canonización exprés de Juan Pablo II. Esta es una grave contradicción que indica un fallo de base.

Si se presenta lo de Francisco como una iniciativa loca salida de la nada, sin anclaje en los papados anteriores, en mi opinión estas críticas no sirven para mejorar la Iglesia y de hecho podrían resultar contraproducentes. Por otra parte, referirse a Francisco en términos irrespetuosos, como los del viejo verde, hace daño al papado como institución y siembra de bayonetas el camino del próximo papa, incluso si resultase ortodoxo.

Lo que pasa es que ese tic neocón lo tienen los infocatólicos y lo tienen la mayoría de críticos de Francisco en el espectro conservador. El mensaje de Pío Moa lo puse para ejemplificarlo. También he observado que algunos tradis han adquirido el tic, y es que estas cosas suelen ser contagiosas. Naturalmente, dejo fuera a la FSSPX, que siempre ha planteado una crítica global (por lo menos hasta el CVII) y coherente.



Por cierto la misma Infocatólica anuncia con cierto recelo que el acuerdo con la FSSPX está casi listo:

Y, como en ocasiones anteriores, surgen los conservadores --últimamente radicalizados hasta rozar el sedevacantismo-- que intentan boicotear el regreso [digamos el "oficial"] de la FSSPX a la Iglesia, demostrando que en el fondo se mueven por impulsos ideológicos


Además, tenemos la certeza de que los derechistas provida en realidad son pro elección: en ningún caso están dispuestos a encarcelar a las mujeres que abortan, a las que contemplan como víctimas. Como mucho aspiran a que sus asociaciones provida reciban subvenciones. Lo vimos con la reciente mascarada de los provida polacos y lo vemos a diario con el PP y las asociaciones provida que operan en sus aledaños. Por lo tanto, que Trump se haya definido como provida no significa nada. Es una táctica habitual de todos los candidatos republicanos.

Uno de los problemas de Francisco es que hace muchas declaraciones, con lo que los diferentes grupos de presión seleccionan sus palabras, aislándolas del contexto, para hacer sus campañas de propaganda. Esto ya ocurría con Juan Pablo II, que inauguró la era de los papados mediáticos. Por otra parte, el hecho de que le siga una cámara que registra todos sus gestos y declaraciones hace que Francisco parezca poco santo y poco sabio. Mas seamos sinceros: si los papas anteriores (incluidos aquellos a los que se tiene por santos) hubieran seguido ese ritmo mediático, tampoco habrían parecido muy santos y de hecho habrían dado lugar a toda clase de críticas. Esa constante presencia en los medios desacraliza el papado y es incompatible con la percepción de santidad o de sabiduría de la que disfrutaron otros papas. Ya no te digo lo que pareceríamos nosotros si nos siguiese una cámara a todas partes. Eso debería hacer que seamos más benignos a la hora de juzgar a Francisco, aunque también debemos recomendarle que, por el bien de la Iglesia, deje de frecuentar los medios.

Muchas de estas consideraciones las hemos formulado en esta bitácora y nos complacemos si, de algún modo, hemos podido influir en el pensamiento de quien escribe las líneas citadas más arriba. Para muestra, nuestras entradas en reacción a la "Amoris laetitia" (aquí)  y -valga la redundancia- a la "reacción tardía de los tradi-fariseos-tardíos" (aquí)

viernes, 4 de noviembre de 2016

El desvarío del Padre Fortea


O también podríamos denominar esta entrada: el Padre que Flirtea (con los enemigos de la Iglesia).

Todo ello a raíz de una nota publicada en el sitio neocón "Infovaticana" que se titula "El rico tema del encuentro con los luteranos" (sic) en el que hace el panegírico de dicho encuentro ecuménico.

Nos vamos a detener en la argumentación principal, centrada en la "caridad" y pretendidamente fundada en la enseñanza de Cristo contenida en la parábola del "hijo pródigo" (Lc15, 11). Dice el Padre: 

"El padre que abrazó al hijo pródigo ¿no estaba favoreciendo el relativismo? ¿No estaba diciendo, según estos, que daba lo mismo ser un hijo fiel que infiel? ¿No debería haberle pedido antes de abrazarle una petición formal de retractación, una humillación pública?"

La diferencia esencial radica en que el hijo pródigo se muestra sinceramente arrepentido de su pecado: "Me levantaré, iré a mi padre , y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y delante de tí. Ya no soy digno de ser llamado  hijo tuyo. Hazme como uno de tus jornaleros" no así, en el caso,  los luteranos.

El Padre Fortea vacía la parábola de la enseñanza que Cristo nos quiere trasmitir y la reduce a una historia meramente humana, en la cual el padre, aun sin conocer las intenciones de su hijo al regresar a la casa paterna, y estando su hijo "todavía lejos", lo ve y corre a su encuentro. Pero resulta que la enseñanza es la de que el Padre celestial, que lo conoce todo y por pura misericordia, nos perdona aun antes de la confesión sacramental (si hay contrición perfecta): "Por la sola contrición sobrenatural un converso puede obtener de Dios el perdón de sus errores culpables y entrar nuevamente en gracia con El. Pero lo normal es que el pecador repare públicamente sus faltas" (en lo que se conoce como "abjuración")

Por tanto, en la parábola, no se favorece el relativismo ni se dice que es lo mismo ser un hijo fiel que uno infiel. Quien hace el primer movimiento es el hijo pródigo, que decide volver a la casa paterna.  En cambio, al Papa Francisco no le consta que los luteranos se hayan arrepentido y es él quien hace el primer movimiento, como si en la parábola, al padre se le hubiese ocurrido ir a dónde estaba el hijo pródigo. 

Así las cosas, mal que le pese al Padre-que-flirtea, quienes deben abjurar son ahora los luteranos, de su cisma, y el Papa Francisco, de su apostasía.

jueves, 20 de octubre de 2016

Ubi Sedes

Hay quienes sostienen que la "Iglesia conciliar" no es la Iglesia católica.  En unos, ello es pretexto para negar jurisdicción a las actuales autoridades;  en otros,  para rehusarle obediencia (aún en lo que es legítimo, i.e la recepción de un marco canónico). 

Han sido múltiples los intentos por demostrarles que tal aserto es simplemente un sofisma, entre ellos, destacamos el último, de la revista "Si si no no" reproducido en el portal "Adelante la Fe". Por nuestra parte, hicimos lo mismo al categorizar al "Falso profeta" (aquí)

Pues bien, vamos a recurrir ahora a un texto, la conocida oración-exorcismo del Papa León XIII, del cual reproducimos un fragmento en sus versiones latina y castellana, para luego formular un simple silogismo que desmonta la separación que se pretende efectuar entre "Iglesia conciliar" e "Iglesia católica":

En antiquus inimicus et homicida vehementer erectus est. Transfiguratus in angelum lucis, cum tota malignorum spirituum caterva late circuit et invadit terram, ut in ea deleat nomen Dei et Christi ejus, animasque ad æternæ gloriæ coronam destinatas furetur, mactet ac perdat in sempiternum interitum. Virus nequitiæ suæ, tamquam flumen immundissimum, draco maleficus transfundit in homines depravatos mente et corruptos corde; spiritum mendacii, impietatis et blasphemiæ; halitumque mortiferum luxuriæ, vitiorum omnium et iniquitatum.
ECCLESIAM, AGNI IMMACULATI SPONSAM, FAVERRRIMI HOSTES REPLEVERUNT AMARITUDINIBUS, INEBRIARUNT ABSINTHIO; AD OMNIA DESIDERABILIA EJUS IMPIAS MISERUNT MANUS. UBI SEDES BEATISSIMI PETRI ET CATHEDRA VERITATIS AD LUCEM GENTIUM CONSTITUTA EST, IBI THRONUM POSUERUNT ABOMINATIONIS ET IMPIETATIS SUÆ; UT PERCUSSO PASTORE, ET GREGEM DISPERDERE VALEANT.
He aquí que el antiguo enemigo y homicida se ha erguido con vehemencia. Disfrazado de “ángel de luz” (II Cor. 11, 14) con la escolta de todos los espíritus malignos rodea e invade la tierra entera, y se instala en todo lugar, con el designio de borrar allí el nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatar las almas destinadas a la corona de la gloria eterna, de destruirlas y perderlas para siempre. Como el más inmundo torrente, el maligno dragón derramó sobre los hombres de mente depravada y corrompido corazón, el veneno de su maldad: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la blasfemia; el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e iniquidades.
LOS MÁS TAIMADOS ENEMIGOS HAN LLENADO DE AMARGURA A LA IGLESIA, ESPOSA DEL CORDERO INMACULADO, LE HAN DADO A BEBER AJENJO, HAN PUESTO SUS MANOS IMPÍAS SOBRE TODO LO QUE PARA ELLA ES MÁS QUERIDO. DONDE FUERON ESTABLECIDAS LA SEDE DE SAN PEDRO Y LA CÁTEDRA DE LA VERDAD COMO LUZ PARA LAS NACIONES, ELLOS HAN ERIGIDO EL TRONO DE LA ABOMINACIÓN DE LA IMPIEDAD, DE SUERTE QUE, GOLPEADO EL PASTOR, PUEDA DISPERSARSE LA GREY. OH INVENCIBLE ADALID, AYUDA AL PUEBLO DE DIOS CONTRA LA PERVERSIDAD DE LOS ESPÍRITUS QUE LE ATACAN Y DALE LA VICTORIA.
Premisa universal: la Sede de Pedro y la Cátedra de la Verdad es la Iglesia Católica
Premisa particular: los enemigos de la Iglesia han erigido el "Trono de la abominación de la impiedad" ("Iglesia conciliar") en la Sede de Pedro y la Cátedra de la Verdad
Conclusión: la "Iglesia conciliar" se encuentra en la Iglesia católica

Por supuesto que el hecho de que se encuentre en ella no quiere decir que sea propio de ella, así como un virus que se encuentra alojado en un cuerpo humano es ajeno a éste. Por eso decimos que la "Iglesia conciliar" es un cuerpo doctrinal enquistado en la Iglesia católica. El Pastor  -y no el "falso Pastor"-  es "golpeado" en cuanto retoma las falsas doctrinas, y así es que la "grey se dispersa". 

lunes, 17 de octubre de 2016

¿Hacia una "guerra mundial"?


Uno de los tópicos que más se repiten estos días es el del desencadenamiento de una posible "tercera guerra mundial" -algunos incluso afirman que ya estamos inmersos en ella- que enfrentaría, simplificando un tanto la cuestión, a Occidente con Oriente.

En otra ocasión hemos dicho que, desde el punto de vista escriturístico, no hay cabida para una "guerra mundial" de las dimensiones que se le quiere dar, la de una guerra que reitere poco más o menos las características de las otras dos que la precedieron, esto es, las de una guerra intercontinental, que involucrara a muchas naciones, la que -dado el equipamiento militar actual- tendría un alcance nuclear.

De nuestro estudio de los "septenarios" del Apocalipsis, nos encontraríamos en la séptima "Iglesia",  en el quinto "Sello", en la sexta "Trompeta" y en la sexta "Copa". Veamos si hay traza de una "guerra mundial" en cada uno de ellos.

Las características principales de la séptima "Iglesia" son la tibieza, la riqueza de la que se jacta tener el laodicense -concomitante con una real pobreza espiritual- y ciertamente el anuncio de que Cristo está "a las puertas". No se desprende una "guerra mundial" sino más bien lo contrario, una suerte de indolencia.

El quinto "Sello" nos refiere un "clamor de los mártires debajo del altar" (es costumbre católica colocar reliquias de los mártires debajo de los altares como forma de consagración de los mismos). Se trata de los mártires de las épocas pasadas, a los que se pide que "aguarden a los que han de ser muertos como ellos" (Ap 6, 11).  Está claro que al día de hoy sigue habiendo mártires en distintas partes del mundo, la mayoría en el contexto de guerras intestinas (a veces con interferencia internacional), pero ello no implica necesariamente una "guerra mundial". De hecho, los sellos se corresponden con el discurso escatológico de Mateo 24, que habla de "guerra y rumores de guerra"  y la muerte y persecución que son su corolario, pero que se encuentran mencionadas en los sellos anteriores. Si los "sellos" son, como pensamos, etapas históricas sucesivas, no se está hablando en este quinto sello de una guerra física, sino más bien espiritual, la que por otra parte sabemos que es coincidente con la "gran tribulación" que es de ese tenor.

Las  "trompetas" -siguendo al P. Castellani y a otros exégetas- hacen alusión a herejías que habrían de afligir a la Iglesia. Si la quinta "Trompeta" son, como decía el nombrado en primer término y corroborado -esto lo decimos nosotros- por el Magisterio en "Mirari vos", los "filósofos del siglo XVIII",   y su accionar es de "cinco meses"  (Ap 9, 5) de años, ello nos conduce, para el comienzo de la sexta "Trompeta", a la "Segunda guerra mundial", la que tuvo un componente ideológico importante. Pero sabemos que esa guerra terminó y que la humanidad no se arrepintió, habiendo desembocado en el hedonismo actual. Lo que resta es ya la "consumación del misterio de Dios", pero no otra "guerra mundial".

Las "Copas" o "Tubas" son las plagas finales que se descargan sobre la humanidad, a la manera de las plagas de Egipto. Y esta vez serían sucesivas y acumulativas. Del análisis que hacemos -en consonancia con los otros septenarios- estaríamos ya en la sexta, que anuncia la definitiva caída de Babilonia en la séptima copa (de ahí la referencia al "secamiento del río Eufrates" que en el tipo representó la caída del imperio babilonio a manos de los medos). Ahora bien, en ella se habla de unos "reyes de Oriente" y de una convocatoria a los "reyes de todo el mundo" en un lugar llamado "Armagedón". Pero no se menciona ninguna guerra, puesto que en todo caso, si tal fuera el propósito de los congregados, la misma es interrumpida por el accionar de Dios. El lugar parece más bien un símbolo de la batalla final, que es básicamente espiritual. 

Por otro lado, si hablamos de intervención sobrenatural, sabemos que la misma es precedida de un falso sentimiento de tranquilidad -opuesto a un estado de excitación producto de una guerra- tal como queda de manifiesto con estas advertencias: "como sucedió en tiempos de Noé, así también será cuando venga el Hijo del hombre.  Comían, bebían, y se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y los destruyó a todos” (Lc 17, 6) o "cuando digan paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina" (1 Tes 5, 3). 

jueves, 13 de octubre de 2016

Comparaciones y desolaciones



El blog Wanderer ha publicado una interesante entrada, en la cual compara las liturgias de rito latino novus ordo y la ortodoxa y en la cual no puede dejar de concluir que la primera  -celebrada por el Papa en Roma- no es rito católico. 

En relación al novus ordo, ya es tiempo que le denominemos por su nombre: "abominación de la desolación puesta en el lugar santo (donde no debe estar)" (Mc 13, 14), y decimos esto puesto que se instala en la misma ocasión que la "supresión del Sacrificio perpetuo" de la profecía de Daniel (Dn 12, 11), desde que el término de "1290 días" para su finalización, es el mismo en ambos casos. 

En cuanto a porqué el novus ordo implica la "supresión del Sacrificio" (y la oblación), el tema es más complejo. Por ej. está claro que el novus ordo no menciona la oblación de la "Hostia santa e Inmaculada", pero alguien podría decir que finalmente el pan y el vino (la materia) están allí para ser consagrados; de igual modo, en relación a la consagración -al Sacrificio propiamente- se podría decir que, salvada la intención del sacerdote de "hacer lo que hace la Iglesia" según lo prescribe el Concilio de Trento,  la hay (1). En este último punto, algunos se apresuran a decir que en el novus ordo, el sacerdote sólo tiene intención de hacer un "memorial", que es a lo que lo conduciría el mismo rito. No estamos seguros en este aspecto: nótese que en el novus ordo no se descarta la mención al Sacrificio.

Las razón por la cual el novus ordo representa la "supresión del Sacrificio" es porque desvirtúa la oblación y el Sacrificio. Esa palabra es equiparable a la "supresión" o "abolición", pero en sí misma no implica que ambas realidades dejen de existir, sino que se les quita la substancia, la "fuerza". Y ello no por una sóla de las modificaciones o supresiones en el rito, las que quizás, tomadas individualmente, no producirían el efecto deseado, sino por la sumatoria de ellas: reducción de genuflexiones, colocación de una mesa en lugar del altar, vestimentas alitúrgicas, música profana, etc. Pero lo que inclina la balanza y demuestra claramente lo nocivo del novus ordo son las injurias: ofrecer el "fruto de la tierra y del trabajo del hombre" que es precisamente lo que ofreció Caín y que no fue del agrado de Dios a diferencia del ofrecimiento de Abel del cordero (que prefigura a Cristo) y,  asimismo,  posponer la referencia al "misterio de la Fe"  para después de la consagración, cuando la Tradición dice que la misma fue parte integrante de las palabras de Cristo en la consagración del vino (y hay más). 

Así pues, queda demostrada la nocividad del novus ordo aunque éste sea celebrado con pompa y dignidad (porque es cierto que muchos videos que circulan por la red recurren a mostrar la degeneración del novus ordo - los así llamados "abusos litúrgicos"- pero que son consecuencia del abuso mayor que constituye el mismo rito novus ordo). 

Una aclaración con respecto a lo que menciona un comentarista del post que enlazamos, en cuanto a querer pobar lo erróneo del motu proprio "Summorum pontificum" al equiparar al rito latino tradicional con el novus ordo como dos "formas" de un mismo rito: se le explicó también por otro comentarista, que si bien la equiparación es mala, el documento liberó la celebración del rito tradicional que hasta entonces estaba prohibido, lo que supone un avance (argumento que, por otra parte, es el que hemos sostenido desde esta bitácora)

(1) una razón que nos vino a la mente que propugnaría en favor de la subsistencia de la consagración en el novus ordo es la de la "devoción de los primeros sábados" propuesta por la Hna. Lucía de Fátima a instancias de la Virgen María: si la devoción, que fuera comunicada entre los años 1925 y 1930, fuera sólo para el rito tradicional, hubiese tenido muy corto alcance (en el tiempo: sólo cuarenta años o en los sujetos: sólo para aquéllos que se arriman a la Tradición). Nótese que la devoción sólo pide la "comunión" (no la asistencia a Misa). Claro que esto apunta a salvar a los que, con ignorancia, acuden al rito novus ordo. 

jueves, 15 de septiembre de 2016

"Todo es posible"



Ya hemos planteado las dificultades que presenta el saber con certeza sobre quién recae el Papado desde la renuncia de Benedicto XVI (aquí y aquí). Hemos referido que existe una posibilidad que la misma haya sido inválida y que en ese caso Francisco sería sólo "Papa putativo", ejerciendo de hecho la potestad papal pero limitada a los actos para el bien común de la Iglesia (ello explicaría, entre otras cosas, la "no asistencia" para "canonizaciones" dudosas...)

Pues bien,  en el reciente libro-entrevista "Ultimas conversaciones" con el Papa emérito, el periodista  Peter Seewald le pregunta : "Usted conoce la profecía de Malaquías quien en la Edad Media compiló una lista de futuros Papas, previendo asismismo el fin del mundo, o al menos el fin de la Iglesia. Según esta lista, el papado se terminaría con vuestro pontificado. ¿No será que Ud. es efectivamente el último en representar la figura del Papa tal como la conocemos hoy? La respuesta de Ratzinger fue la que sigue: "Todo es posible". Y agrega: "Probablemente esta profecía nació en los círculos del P. Felipe Neri".

La respuesta no deja de sorprendernos, puesto que él sabe que ha sido sucedido por el Papa Francisco, y la profecía tampoco es clara en su parte final, que dice así "En la última persecución de la Santa Iglesia romana, se sentará en el trono Pedro Romano, el que apacentará a sus ovejas en el medio de grandes tribulaciones, tras lo cual la ciudad de las siete colinas será destruída y el Juez tremendo juzgará al pueblo". 

La entrevista luego ofrece una salida para esta respuesta ambigua, cuando el periodista le pregunta: "¿Usted se considera el último Papa del mundo antiguo o como el primero del nuevo?" La respuesta es: "Entre ambos". Pero resulta claro que entre Benedicto XVI y Francisco no hay ruptura alguna en lo sustancial (sí en la "práctica", como el calificó el pontificado de Francisco en el mismo libro-entrevista), por lo que la última respuesta (y convengamos, también la pregunta) tampoco convence si no es a la luz de la proximidad de eventos que cambien el giro de la historia.

A su vez, para quien quiera  ver "entre líneas", toda apunta pues a un desenlace, que el Papa emérito conoce de primera mano por haber leído el texto de la explicación del tercer Secreto de Fátima, como él mismo reportó para la revista "Jesús" en 1984: "en él (el secreto) se habla de los peligros para la Fe y la vida de los cristianos. Pero lo que se dice está contenido en las profecías de la Escritura y confirmado por muchas otras apariciones marianas". Además,  (el secreto) recalca "la importancia de los novísimos" (Muerte, Juicio, Infierno, Paraíso). 

Ese desenlace lo hemos encuadrado, por nuestra parte, en el final de la "gran tribulación" (Mt. 24), la desaparición de las fuerzas del mal mediante un "Juicio", el comienzo de la restauración-purificación de la Iglesia y la instauración del Reino mesiánico.

lunes, 12 de septiembre de 2016

El "mensaje de Elías" (sic) a...Elías



Nunca vimos una tergiversación o inversión tan marcada como en la entrada del blog "Sursum corda" titulada por su autor  como "El mensaje de Elías. Respuesta a un lefebvrista" . Título por demás desafortunado, por lo que diremos a continuación y llamativo en una persona que ha dado muestras de inteligencia y de una eficaz defensa de la Fé en otros campos, por ejemplo, frente a la herejía protestante...

Se trata de la "respuesta" a la entrada de nuestros amigos del blog "Hacia la verdadera cristiandad" que destacaba las dos notas predominantes en la FSSPX en el momento crucial que vive en espera de un justo reconocimiento romano: "Identidad y confianza".

La nota pretende ser un "llamado a nuestros hermanos que están en el error a seguir a Dios, al Señor, al Unico y a permanecer fieles dentro de su pueblo" (sic seg) y de allí el recurso al profeta veterotestamentario.

Como hemos demostrado en esta bitácora, ya desde la primera época, hay un sólo candidato para reunir las características de los "dos Testigos apocalípticos": la FSSPX como Elías y las "comunidades amigas" como Enoc. Para muestra, nuestras entradas: "La balanza del Santuario", "Memorandum esjatológico-profético", "Y se pusieron de pie", "En el monte Horeb", "De exilios y desiertos"...

Tanto es así, que un comentarista del blog "Sursum Corda", que no somos nosotros, ni lo conocemos, ni es mandatado por nosotros  pero que quizás ha sido lector nuestro, le espeta: "A mi me parece lo contrario, creo que [el autor del blog] derrapó con el Apocalipsis...".

Desglosando la entrada, la primera parte alude a la distinta categorización del desvarío sedevacantista: usurpacionistas, sedevacantistas, sedeprivatistas, conclavistas, mentevacantistas, ritualistas, etc; la segunda, a los esfuerzos realizados por la FSSPX  ya desde los tiempos de Mons. Lefebvre para ser reconocidos por Roma, lo cual es perfectamente legítimo desde que se tiene a los Papas por verdaderos; la tercera, a una acusación a la FSSPX de ser "semi-modernistas" (sic ter), por el sólo hecho de considerar que la única Iglesia de Cristo se encuentra enquistada de modernismo; la cuarta a una consideración de tipo esjatológico: que con la llegada de la apostasía (Juan XXIII) la Sede está "usurpada", calificativo que el autor reivindica para sí (y que es contestado por los "sedevacantistas", como el autor del blog que no-ama-la-verdad).

Llegados a este punto nos vemos obligados a preguntarles a los referidos bloggers en qué quedó el dogma de que "habrá perpetuos sucesores en la cátedra de Pedro" y el de que éste último fué constituído "Cabeza visible de la Iglesia militante" (¿es que acaso fuimos dispensados de militar porque llegó la apostasía?) y cómo se gobiernan los católicos hoy ante situaciones diarias (a quién acuden o deberían acudir para dilucidar cuestiones que los incumben como católicos) y, por caso, a cuál de todas esas categorías de "sedevacantismos" o "usurpacionismos" deberían obedecer...

Pero la respuesta es que este desvarío se parece cada vez más al cisma protestante, tal como lo admite la misma entrada al contraponer la autoridad de Mons. Fellay con la de Cristo, mediante la cita de Hech 4, 12, como si aquél no tuviera la calidad de Obispo a quien debemos escuchar por mandato divino: "El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí (Jn 13,20)", "El que a ustedes oye, a mí me oye (Lc 10,16)","Yo les digo: todo lo que aten en la tierra, será considerado atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, será considerado desatado en el cielo (Mt 18,18)",  "Jesús les volvió a decir: «La paz esté con ustedes. Así como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes». Dicho esto, sopló sobre ellos: «Reciban el Espíritu Santo; a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y a quienes no libren de sus pecados, queden atados» (Jn 20,21-23)"

sábado, 3 de septiembre de 2016

El marco canónico ofrecido

El marco canónico ofrecido a la FSSPX, presuntamente ya aceptado, pero en espera de concreción o publicación, sería el de una Prelatura personal, pero una sui generis o más bien ad hoc. Tomamos prestado de Radio Cristiandad la traducción (¡no las ideas!) de los dichos de Mons. Fellay que hacen alusión a la misma:

"De Roma nos ofrecen una nueva estructura.
A la cabeza, un obispo. Este obispo, elegido por el Papa entre los tres nombres propuestos por la Fraternidad y de entre sus miembros.
Este obispo tendrá autoridad sobre los sacerdotes, los religiosos que quieran ser miembros de esta estructura y los fieles.
Todos los sacramentos; los fieles que pertenezcan a esta estructura tendrán el derecho absoluto a recibir todos los sacramentos de los sacerdotes de la Fraternidad. Todos los sacramentos, incluyendo el matrimonio.
El obispo tendrá el derecho a tener escuelas, seminarios, de ordenar, incluso para establecer nuevas congregaciones religiosas y de aceptar en su seno a aquellas que lo deseen.
Es algo así como una súper diócesis, independiente respecto de los obispos locales. Dicho de otra manera, para ustedes, ningún cambio con respecto a lo que están recibiendo actualmente. La única diferencia será que ustedes serán reconocidos oficialmente como católicos"

Pues bien, esa "Prelatura" así concebida, se asemejaría más a un Ordinariato que a una Prelatura. El ejemplo típico de Ordinariato es el que se encuentra previsto para la institución militar y es aquél que tiene la responsabilidad de la pastoral entre los militares y sus familias (canon 368 del CIC de 1983). El otro ejemplo es del "Ordinariato personal" para los fieles de tradición anglicana surgido a raíz de la Constitución apostólica "Anglicanorum coetibus" de noviembre de 2009 (pontificado de Benedicto XVI), de los cuales existen tres (véase aquí el sitio oficial del Ordinariato para Estados Unidos y Canadá) y que cuentan a su cabeza con un Obispo.

De la lectura del referido documento pontificio, se deduce una coincidencia con lo dicho por Mons. Fellay, con algunas precisiones: los Ordinariatos personales son erigidos después de consultada la "Conferencia episcopal" del lugar, se establece que el "Catecismo de la Iglesia católica" es "expresión auténtica de la Fe católica de los miembros del Ordinariato", el Ordinariato personal "está sujeto a la CDF y a los demás dicasterios de la curia romana", el Ordinariato se rige por los "libros litúrgicos propios de la tradición anglicana" pero "sin excluir las celebraciones según el Rito romano", el Ordinariato "está encomendado al cuidado pastoral de un Ordinario nombrado por el 'Sumo Pontífice'", la potestad del Ordinario "se ejerce de manera conjunta con la del Obispo diocesano local", el Ordinario puede erigir parroquias personales "después de haber oído el parecer del obispo diocesano del lugar".

Queda claro entonces que la nueva estructura deberá diferir en sustancia de este ejemplo si quiere tener viabilidad y una línea doctrinal clara, pero asimismo, el marco canónico no debería ser del todo anárquico que permita a la larga una instrumentalización contraria por parte de otros grupos poco o nada ortodoxos que se avengan a la oficialidad.  De hecho, la dependencia con Roma siempre ha existido y ninguna organización debería quedar exenta de ella (hablamos de la dependencia respecto del primado, no así de la jurisdicción delegada, la que es posible sortear sin infringir ningún derecho divino)

De igual modo, si bien la tendencia a las formaciones "personales" por sobre las "territoriales" es un distintivo de la "Iglesia conciliar" en miras a reunir en su seno a diferentes "sensibilidades" (en una suerte de ecumenismo intra eclesial), debe ponderarse que sea así para la Tradición, a efectos de no quedar reducida a una "diócesis" (caso de la Administración apostólica de Campos) que la convierta en "reserva de indios".

Repetimos: a los efectos del apostolado nos basta con la concesión de facultades para la administración de todos los Sacramentos, que en sentido laxo ya es un hecho, pero puesto que Roma está obligada a otorgar un marco canónico a la FSSPX, de no mediar algún impedimento para la Fé u otra causal de justificación (en el caso, la única posible, una subjetiva de "miedo grave"), la misma debe recibirlo sin más.

lunes, 15 de agosto de 2016

Interpretaciones sobre el "Juicio de las Naciones"


Nos solicitaron que profundizaráramos en el concepto de "Juicio de las Naciones", lo que haremos a continuación, no obstante advertir sobre la dificultad del tema, que se encuentra ligado al no menos conflictivo del "milenio" y sobre lo aséptico que puede parecer su tratamiento, consecuencia no buscada  de una circunstancia que está en los planes de Dios y que no reviste un carácter condicional, el que sólo puede aspirar a cumplir una función de advertencia.

El decubrimiento del concepto vino de la lectura del P. Benjamín Martín Sánchez, canónigo de la Catedral de Zamora, el que nos dice: "Este es uno de los temas que más se repiten en la Biblia; el Escriturista Padre García Ramos, aclara el término de la siguiente manera:
"Así como hay dos maneras de juicio de muertos, que son el particular (después de nuestra muerte) y el universal (en el juicio final), así hay dos maneras de juicio de vivos, que son, asimismo, el particular y el universal, según que el Señor haga el castigo contra una sola nación (Día del Señor contra Egipto, contra Jerusalén, contra Babilonia, etc.) o bien de todas a la vez ("Día del Señor contra toda la gente o naciones").
Por lo tanto, el juicio universal de vivos o de toda la gente o naciones es el que tendrá lugar en el llamado Día del Señor; es el que se nos describe con frecuencia en los Libros Sagrados con carácter colectivo y social para el fin de los tiempos. En este Juicio Divino serán sometidos todos los hombres y todos los pueblos.
Las descripciones de algunos juicios particulares desencadenados por Dios contra los pecados de los hombres, por ejemplo la destrucción de Jerusalén por los ejércitos romanos, y que se encuentra narrada por el historiador Flavio Josefo, es algo terrible que no se compara en nada con lo que será el Juicio de las Naciones. Veamos lo que dice la Biblia:
Isaías XXIV, 1, 6:
"He aquí que el Señor devastará la Tierra y la dejará asolada, trastornada la superficie de ella y dispersará a sus habitantes . . . La Tierra está profanada por sus habitantes, pues han traspasado las Leyes y violado sus Mandamientos . . .por eso la maldición devora a la Tierra, Y QUEDARÁ SOLAMENTE UN CORTO NÚMERO".
El pensamiento del Profeta es claro: La Tierra se encuentra profanada por sus habitantes, por lo que será devastada y quedará un corto número, por lo cual es evidente entonces que no termina el mundo.
Jeremías XXV, 30 y ss; XXX, 23-24:
". . . Ruge el Señor desde lo alto y desde su santa morada hace oír su voz . . . contra todos los habitantes de la Tierra. Hasta los cabos del orbe el estruendo, PORQUE EL SEÑOR ENTRA EN JUICIO CON LAS NACIONES para juzgar a todos, para entregar a los impíos a la espada, palabra del Señor. Así dice el Señor de los Ejércitos: He aquí que el mal pasará de una nación a otra y un gran huracán se desencadenará desde los extremos de la Tierra . . . He aquí que se desatará el torbellino de Yahvé, tempestad furiosa que se precipita y descarga sobre la cabeza de los IMPÍOS. No se calmará el ardor de la Ira del Señor hasta realizar y cumplir sus designios. VOSOTROS LOS CONOCERÉIS AL FIN DE LOS TIEMPOS".
Miqueas IV, 1-3:
"Al fin de los tiempos . . . juzgará a muchos pueblos y ejercerá la justicia sobre las NACIONES poderosas y hasta las más lejanas".
Salmos 109, 5-6; 149, 7-9:
"Cerca está EL DÍA GRANDE DEL SEÑOR; próximo está y llega con suma velocidad . . . día de Ira es aquel, día de angustia y aflicción, día de devastación Y DE TINIEBLAS".
Como habíamos dicho anteriormente, el Día del Señor que el Profeta anuncia, será el Juicio sobre todas las Naciones, que reciben su castigo mientras que Israel, purificado por el cautiverio, se convertirá a Yahvé.
Joel II,2; III, 12-17:
"Tiemblen los habitantes de la Tierra que se acerca el día de Yahvé. DÍA DE TINIEBLAS Y OSCURIDAD . . . que se alce la gente y marche al Valle de Josafat (Valle del Juicio), que ahí me sentaré a juzgar a los gentiles de en derredor . . . porque su iniquidad es grande . . . el sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo . . . ."
Zacarías XIII, 8-9:
"Y sucederá en toda la Tierra, dice el Señor, DOS PARTES de ella serán dispersadas y perecerán, y la tercera parte quedará en ella. Esta tercera parte LA HARÉ PASAR POR EL FUEGO, y la purificaré como se purifica la plata, y la acrisolaré como es acrisolado el oro. Ellos invocarán mi nombre, y yo los escucharé propicio. Yo diré: Pueblo mío eres tu; y el dirá: Tu eres mi Dios y Señor".
San Pedro en su segunda carta y en su capítulo III, 5-7, dice:
"Así como un día desapareció el mundo destruido por las aguas del diluvio, así otro día los Cielos y la Tierra serán purificados por el fuego, y en ese día perecerán los impíos".
En resumen, la idea de un castigo universal sobre la Tierra debido a los pecados de los hombres, aparece claro en los Profetas, según se ha demostrado, así como la selección de un corto número que saldrá purificado de esa gran prueba.
El Juicio de las Naciones llegará porque está decretado; y que este Juicio o castigo al mundo, predicho desde hace miles de años, se cumplirá hoy y ahora, es una verdad constantemente manifestada en los mensajes marianos y en la realidad histórica en que nos ha tocado vivir. Por tanto, el tiempo que queda es corto, más corto de lo que pensamos . . . el que quiera entender, que entienda.
Respecto a lo que nos dice el Apocalipsis (VI, 12-17), y también los Evangelios por Jesucristo al revelarnos con gran claridad lo expuesto por los mismos Profetas, de que "habrá señales en el Sol, en la luna, en las estrellas, y sobre la Tierra perturbación de las Naciones, aterradas por los bramidos del mar y la agitación de las olas" (Luc.XXI, 25), se suele preguntar: ¿hay que tomar estas expresiones en forma literal? Muchos exégetas ven en estas expresiones proféticas, metáforas para expresar tiempos duros y calamitosos; mas sin embargo, creemos que no hay inconveniente en admitir que se realicen según se anuncian y profetizan, pues así como la primera venida de Cristo, cuando El moría en la Cruz, "hubo oscuridad sobre la Tierra desde la hora sexta hasta la hora nona", y la Tierra tembló y se rajaron las rocas (Mc.XV, 33; Mt. XXVII, 52) y ello se cumplió a la letra, ¿Porqué no habrá de cumplirse también literalmente los anuncios relativos a la Parusía?"

El concepto queda claro, la dificultad radica en ubicar dicho evento en los acontecimientos finales. Unos disocian al "Juicio de las naciones" de la Venida o Parusía de Cristo para el Juicio final y así parece surgir de algunas líneas exegéticas como la que efectuamos aquí, en consonancia con el más puro alegorismo en relación al "milenio". Otros, como el mismo P. García Ramos, sostienen que dicho Juicio de vivos es ya la Venida de Cristo, en su primera etapa (la segunda, mediando un tiempo de paz entre las dos que algunos llaman "milenio" pero que podría ser sólo un "milenio discontinuo", sería el Juicio de muertos) y lo relacionan con la profesión de Fe del Credo:  "vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos". 

En todo caso, parece haber distintos momentos en esa "primera etapa". La secuencia sería la que sigue: el primer acto,  la destrucción del Anticristo por el "soplo de su boca" o el "resplandor de su Venida", que es "visto" por las naciones. El segundo acto, las señales cósmicas: "cuando te extinga cubriré el cielo..." (Ezequiel 32, 7) y que explica el porqué los israelitas se alumbrarán con la quema de las armas que quedaron en el campo de batalla por siete años (Ez 39, 9). El tercer acto sería propiamente el "día grande y terrible" (Joel 2, 31).  

El problema mayor es compaginar estos datos con lo sorpresivo de la Segunda Venida ("como en los tiempos de Noé", "vendré como ladrón en la noche", parábola de las diez Vírgenes). Ello podría resultar si la destrucción de todas las naciones -exceptuado el resto que quede- fuere simultánea a la destrucción del Anticristo, esto es a los 1260 'días' en el cómputo del profeta Daniel. Pero en contra de ésto tenemos que las señales cósmicas y los "bramidos del mar" tienen un efecto de atemorizar a los "reyes, tribunos, ricos, fuertes, siervos, libres" (nótese que éstos se esconden de la 'vista' del Cordero) los cuales entonces, como dijimos en el párrafo anterior, sobrevivieron al Anticristo. 

A esta dificultad podemos ofrecer dos soluciones provisorias, que no son imcompatibles entre sí: 1) todos los eventos que relatamos ocurren uno tras otro como formando un mismo acontecimiento (es lo que pensaba Santo Tomás de Aquino el cual evocaba los crujidos que no se distinguen de la caída de una montaña); 2) el evento que coincide con el cumplimiento de los 1260 'días' no será percibido por las naciones como un castigo divino sino como un fenómeno natural, pero esto no cuadra con los restantes datos: corolario de la destrucción de Gog, en el cual las naciones reconocen en ese castigo la "mano de Yahvé" y el temor de todos a que hicimos referencia, si bien queda claro que éstas manifestaciones no implican necesariamente una conversión sino simplemente el reconocimiento del poder divino (de hecho, Ap. 15, 21 dice que los hombres "blasfemaron de Dios" por la plaga del granizo de la séptima copa).

De acuerdo a esto, la  expresión "uno será tomado y el otro dejado" de Mateo 24, 40 pudiera hacer referencia a los que son 'tomados' (muertos) y a los que son 'dejados' (como sobrevivientes) en concordancia con lo que se deja dicho en Mateo 13, 30 en relación a la cizaña y al trigo; no obstante, también pudiera hacer alusión a que los 'tomados' son los que salen al encuentro de Cristo en su Venida (los "arrebatados" de 1 Tes 4, 16) y los 'dejados' son los destinados a la ira divina.

Así las cosas, como decía el P. Benjamín Martín Sanchez, la posibilidad de vernos aquí y ahora en vísperas de la "siega" es tal que debe extremar en nosotros el mandato evangélico de "velar y orar" -que en eso consistiría el "aceite" en la parábola de la diez Vírgenes-  de modo de ser contados entre los que salgan indemnes -a la manera de los tres jóvenes del relato del libro de Daniel- del "Juicio de las naciones". 

miércoles, 10 de agosto de 2016

Etiquetas


Como algunos pretenden encasillar  las posiciones del blog etiquetándolas de diversos modos a los que por lo general se les confiere una connotación negativa (por caso, la de "acuerdistas" o "apocalípticos", etc) aquí va un compendio -actualizado- de aquéllas y las precisiones que estimamos oportuno efectuar en relación a cada una, por separado:

1- "Acuerdismo": 

Nunca fuimos "acuerdistas",  puesto que no hay nada que "acordar": Roma debe reconocer a la FSSPX tal cual es (deber que se extiende a todos los Papas, sean éstos ortodoxos o no). En miras al apostolado,  nos basta con la concesión pública de facultades para la administración de todos los Sacramentos, lo cual, en un sentido laxo,  se podría decir que ya es una realidad: se hicieron lícitas las confesiones durante el "Año de la Misericordia" -las que en forma verosímil seguirán vigentes más allá de su finalización- por las cuales se absuelven las eventuales dudas que los penitentes pudieran tener sobre la recepción lícita de los restantes sacramentos impartidos por la FSSPX  y se autorizaron ordenaciones de Sacerdotes sin necesidad de contar con el visto bueno de los Obispos locales,  careciendo de sentido una autorización que recayera en Sacerdotes que luego impartieran sacramentos en forma ilícita. Entonces, no nos interesa el "marco canónico" (al que la FSSPX tiene derecho). Luego,  dijimos que un eventual reconocimiento no transformaría a la FSSPX y a la Tradición en un fenómeno de masas, siendo que constituyen  -y lo seguirán siendo- un "resto".


2- "Resistencia":

Aquí debemos distinguir la posible fundamentación de la postura por sus proponentes, de las formas utilizadas para su adopción. Respecto de la primera, como no conocemos las conciencias de sus sostenedores, no podemos concluir si en ellos prima un "miedo grave" (a las consecuencias que podría acarrear el someterse a un "marco canónico" ) justificante de la postura (puesto que no lo han alegado expresamente o no se colige de sus manifestaciones) o bien el "celo amargo", el "espíritu sectario o cismático", el "liberalismo protestante" o simplemente el "quinta columnismo" (de hecho, es significativo que los enemigos de la Iglesia tengan el mismo parecer que los "resistentes" en este punto). En cambio, las formas (publicación de cartas privadas, ataques "ad hominem", desear el mal bajo apariencia de lo contrario, etc) claramente no son católicas.


3- "Papado":

Hemos demostrado la existencia perpetua y visible del Papa, sea con jurisdicción propia o suplida, lo que desmonta las tesis "sedevacantistas", sea en su variante "Papa materialiter" o absoluta. En este capítulo vemos con preocupación la crítica sistemática de las actuaciones papales (las que han incluído en algún caso montajes fotográficos) por ciertos grupos de "neo tradis". La crítica se debe hacer con respeto, no atacando a la persona del Papa ni a su investidura. Y sobre todo, enmarcando el pontificado actual, como siendo un corolario -ciertamente más directo y chocante- de la deriva conciliar.


4- "Fátima":

Ya hemos demostrado que falta hacer la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María y que falta divulgar el texto que explica la visión del "tercer secreto" (sobre cuyo contenido, dicho sea de paso, hemos recibido algunas "luces"). Dicho esto, el "triunfo final" de la Virgen que supone la consagración solemne de Rusia (como surge de forma palmaria de las palabras conocidas del Secreto: "Al fin mi Inmaculado Corazón triunfará, el Santo Padre me consagrará Rusia la que se convertirá y le será dado al mundo un cierto tiempo de paz") debe enmarcarse en los eventos que preparan inmediatamente la Parusía (el "tiempo de paz" es esjatológico, implica la conversión de los gentiles -entre los cuales está el pueblo ruso- y la de los hebreos que es al "filo de la historia").


5- "Apocalipsis":

La crítica proviene de quienes carecen de los conocimientos o de la inspiración necesarios para la comprensión de todos y cada uno de los símbolos que nos proporciona el apocaleta  (y los profetas vetero testamentarios) o de quienes los mal interpretan, postergando sine die o para una época posterior, la efectiva realización de los acontecimientos predichos en el último libro de la Revelación. Entre los primeros, contamos con algunos integrantes del clero, que se sienten interpelados por su falta de conocimiento y recelan de los laicos (máxime si estos son coterráneos, puesto que se verifica aquéllo de que "nadie es profeta en su tierra" y de que "nada bueno ha de salir de tal o cual lugar"...); entre los segundos, los "modernistas" (a los que no interesa en lo más mínimo verse confrontados con los acontecimientos finales) o los "restauracionistas" (que consideran que estamos en la "Iglesia de Sardes" y que luego de un "castigo" viene un "triunfo" seguido de otro "castigo", a saber el Anticristo, que entonces pisotea el "triunfo"...). La verdad es que estamos en la "Iglesia de Laodicea" y que los Capítulos XI, XII y XIII están desarrollándose ante nuestros ojos, faltando sólo la apertura del "sexto sello"...Sin embargo, conviene precisar que la Iglesia sí será restaurada (lo dicen las Escrituras) pero enmarcándose dicha "purificación" en los tiempos pre parusíacos, que introducen el "Reino".


martes, 12 de julio de 2016

La Ramera que no es



Juan Manuel de Prada, el brillante escritor español, ha escrito una nota en "Abc" que titula "La última luz" en la cual, a la par de revelarnos que pasa personalmente por una "noche oscura", efectúa una comparación entre las dos Mujeres del Apocalipsis, a las cuales confiere un significado particular: la Ramera es, para él, la  religión adulterada y la parturienta es la religión fiel.

Sabemos que el autor ha estado muy influenciado por el P. Castellani, que es quien expone esa exégesis en el Capítulo I  del cuaderno III de su libro "Los papeles de Benjamin Benavides": "Las Dos mujeres del Apokalypsis representan la religión en sus dos polos extremos, la religión corrompida y la religión fiel, la Forneguera sobre la Bestia roja y la Parturienta  vestida del sol de la Fe, pisando la luna del mundo mudable, y coronada  de la venticuatral diadema estelar, patriarcal y apostólica".

Nosotros efectuamos una exégesis de las profecías vetero y neo testamentarias que conforman un sistema (para quienes lo conocen, con mucha lógica) pero respecto del cual  y por razones que nos incumben, preferimos mantener reserva. En ella, la Mujer parturienta es ciertamente la Iglesia (también, por razones cronológicas, la Virgen de Fátima) que luego del nacimiento de su misterioso "hijo varón" (el "remanente fiel"), es llevada al desierto. Pero la Ramera no es en absoluto la falsificación del catolicismo asociada a la "Iglesia conciliar". Esta se encuentra representada en el "Falso profeta" que "tiene cuernos como el Cordero pero habla como el dragón" (Ap 13, 11).

El peligro de la explicación del P. Castellani, que retoma Juan Manuel de Prada, es que se aparenta y mucho a la exégesis protestante: para ésta, las "siete colinas" son las de Roma y por tanto la Ramera que está sentada sobre la "Bestia romana" es "el Vaticano" (ya ni siquiera la "Roma imperial"...). Esta exégesis ha sido adoptada como suya -por razones obvias- por los sedevacantistas (así por ej. por los "Hermanos Dimond"). Pero es peligrosa no tanto por la naturaleza que se le quiere dar a la Ramera que es precisamente la de ser una falsificación -como dice el mismo P. Castellani una ramera no se distingue externamente de una que no lo es- sino porque no cuadra con los restantes elementos que nos brindan las Escrituras.

En efecto, la Ramera se asienta sobre "siete colinas", que "son siete reyes" (Ap 17, 10) los que a su vez son identificados como las "siete cabezas de la Bestia". Allí es donde los partidarios de esta exégesis empiezan a hacer agua: los protestantes hacen coincidir a la Ramera con la aparición del "Estado del Vaticano" luego de los Acuerdos de Letrán de 1929 y así la "primera cabeza" es para ellos, el Papa Pío XI...y  los del "sedevacantismo", si la retoman tal cual (y los Dimond lo hicieron), están entonces diciéndonos que ese Papa y Pío XII fueron "cabezas" de la Bestia, con sus propios "títulos blasfemos"...(¡los blasfemos son ellos!). 

Los que tienen más vergüenza al menos tienen la precaución de hacer empezar el cómputo de las siete cabezas con Juan XXIII... pero siguen haciendo agua: Francisco sería el que, en la visión de San Juan, correspondería a la cabeza sexta: "cinco han caído, uno es". ¿Y porqué "es"? ¿acaso vivió en esa época? Claro que entonces tendríamos que esperar a un séptimo y a un octavo..."que es uno de los siete" (a lo mejor piensan que quizás un Papa futuro se reencarne en Francisco o en Pablo VI  quién sabe...).

Luego, tendrían ellos que dar cuenta de porqué la Ramera  se encuentra "ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los testigos de Jesús" (Ap 17, 6) , de porqué en un momento dado esas mismas cabezas se volverán contra ella y la dejarán "desolada y desnuda" (Ap 17, 16) y de porqué los mercaderes del mar o los marineros se lamentarán por su caída  (Ap 18, 15)...Inconsistencias que le dicen...

Todo ello debe hacernos ver el error que supone el seguir explicaciones o exégesis que no por unánimemente consensuadas dejan de ser inexactas,  que para no salirnos del tema (la Ramera que no es) no vamos ahora a ejemplificar. 

martes, 5 de julio de 2016

El Dardo que no da en la diana



Me figuro a Dardo como siendo uno de los "antiguos" de la feligresía de la FSSPX, con todos los pro y los contra que tiene esa condición. Y como tal, lo respetamos (amén de ser el hermano de un Sacerdote de esa congregación). Pero nos hubiese gustado que Dardo tuviera un poco de consideración por nuestra "antigüedad", que es la de ser un blogger con casi diez años en la red (es cierto que con una interrupción en el medio). Porque en ese caso, Dardo,  se perdió mucho de nuestro "derrotero" (y nos reímos de la palabra porque pareciera que esa senda ha estado pautada por "derrotas"). 

La acusación que sugiere en relación a nosotros parece una enormidad: "fariseo". Pero no nos escandalizamos,  nosotros mismos la hemos utilizado (aunque en forma genérica) para referirnos a quienes nos tildan (sí, porque pertenecemos Dardo a la misma filiación espiritual) de cismáticos...Pero no sólo "parece" sino que es una enormidad: comparar a la perversión de la Ley antigua con la fidelidad a la Ley perfeccionada por Cristo mismo, lo es. 

Porque la Ley canónica, como emanación del Derecho divino y de la constitución divina de la Iglesia (dejando a un lado aquello que no pertenece al magisterio ordinario y de paso lo remito a nuestra nota que comenta la suya) debe ser de estricta observancia. Fíjese que, aunque parece haber quedado en el olvido por los cristianos de hoy, el Derecho canónico nos rige desde que nacemos a la Fe (bautismo), pasando por las etapas de crecimiento de la vida espiritual, nuestro estado de vida y nuestra muerte...La misma acusación de "cisma" que nos hacen es una acusación que responde al Derecho canónico, el cual proporciona la definición del delito en cuestión, así como las eximentes de responsabilidad...

Luego, se suele decir que debemos "dar razón de nuestra Fe" y agregamos, de todas nuestras acciones. Eso lo hacemos cotidianamente. No sé si Ud. Dardo está felizmente casado o no. Pero si a Ud. le preguntaran del porqué se casó con su Señora, Ud. no respondería "porque sí". Daría razones (porque le atrajo su físico, por las virtudes que presentaba, etc). Lo mismo hacemos nosotros con nuestra pertenencia a la feligresía de la FSSPX. Si no, puede pasar como aquella persona  -"fiel" de la FSSPX- que al serle preguntado  porqué la FSSPX no propiciaba la asistencia a la nueva misa, respondió (fuimos testigos de ello) que era porque en la nueva misa "¡no había consagración!"...que es justo lo único que podemos decir que, por misericordia divina, quedó en pie (excepto la cuestión de la "intención" del Sacerdote)...

Nosotros tenemos una confianza ciega en la FSSPX (si nos hubiera leído, Dardo, se habría dado cuenta que hasta le adjudicamos a ella y a las "comunidades amigas", la nota de "testigos escatológicos"). Y en ese carácter, con una suerte de "infalibilidad". Por ello, deberíamos hacer como Ud. (no preocuparnos en lo más mínimo de las decisiones de la FSSPX). Pero es que queremos "dar razón" de ellas...Además que esa suerte de "infalibilidad" no se extiende más que al testimonio de la doctrina y de la liturgia de siempre, no se extiende a otros actos (por caso, el diseño de la capilla madrileña de la FSSPX...) y que tampoco sabemos si todos quienes pertenecen a la FSSPX actúan o promueven acciones en línea con ese testimonio o se apartan de él...

Porque detrás de todo ello, hay una motivación apostólica: queremos atraer almas a la FSSPX, tantas como se pueda, y hoy por hoy, nos guste o no, hay que hacerlo con el Código de Derecho Canónico en la mano, porque nos lo preguntan, y los que no nos lo preguntan son como aquél "fiel" que no supo dar razón...Lo otro es puro liberalismo (estoy aquí o allá porque "me da la gana") o modernismo (porque lo "siento así" y cuando dejo de sentirlo ya no más).

Cristo mismo nos pedirá "cuenta" (razón de nuestros actos): Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?” (San Mateo 22,1-14).

lunes, 4 de julio de 2016

Punto de inflexión: el "miedo grave" en el centro de la cuestión

Los tiempos de Mons. Lefebvre fueron los del "estado de necesidad": el Obispo francés se vió obligado a consagrar Obispos sin autorización del Papa por la "necesidad" de contar con Sacerdotes que perpetuaran la Misa y la Doctrina de siempre.

En los tiempos que siguieron, hasta el día de hoy, la FSSPX ha rechazado -no obstante "conversaciones" y "acercamientos"- llegar a un acuerdo canónico con Roma. En un primer momento la causa fue la "falta de confianza" que impulsó los "prerrequisitos" (liberación de la Misa, levantamiento de las "excomuniones", conversaciones doctrinales), luego fue la condición puesta a último momento por parte de Roma que comprometía la Fe y finalmente, la situación de confusión extrema en que se encuentra la Iglesia.

En paralelo, nuestra posición fue la de que la FSSPX se ajustara al Derecho canónico, no por un amor a la "letra" de la Ley  sino por ser ésta expresión del Derecho divino, en virtud de la constitución divina de la Iglesia. Y así, las evasivas, postergaciones y dudas que evidenciaban las respuestas de la FSSPX en sucesivas etapas las adjudicamos al "celo amargo", a un cierto espíritu liberal -de la que ninguno está exento máxime en este tiempo - o mismo (en algunos) a un espíritu "cismático".

Es posible que algo de ello haya existido, pero no podemos negar que también influyó y mucho un "temor" a lo que pudiera pasar una vez regularizados, sobre todo teniendo en cuenta ciertas experiencias padecidas por los llamados "institutos tradicionales" (dificultades en la expansión, condicionamientos de tipo doctrinal, intervenciones por comisarios, etc).

Esta particularidad llevó a que tratásemos de ver si ese sentimiento podía verse plasmado en el Derecho canónico o no y de ese modo si podía esgrimirse como causal para una negativa a la regularización.  Como confiábamos, encontramos entre las causales de justificación que eximen de pena en un delito canónico, al "miedo grave":

1323  No queda sujeto a ninguna pena quien, cuando infringió una ley o precepto:

4 actuó coaccionado por miedo grave, aunque lo fuera sólo relativamente, o por necesidad o para evitar un grave perjuicio, a no ser que el acto fuera intrínsecamente malo o redundase en daño de las almas

La ley de que se trata en la ocasión es la que citamos en la entrada anterior: canon 265 del CIC: "Es necesario que todo clérigo esté incardinado en una Iglesia particular o en una prelatura personal, o en un instituto de vida consagrada o en una sociedad que goce de esta facultad, de modo que de ninguna manera se admitan los clérigos acéfalos o vagos"

En una primera aproximación pensamos que siendo las contingencias negativas que pudieran sobrevenir a la FSSPX una vez regularizada una mera hipótesis, la oposición a dicha regularización no encuadraba en las previsiones de la Ley. Decíamos: "Si nos permiten la supervivencia no hay tal "estado de necesidad"; tampoco un "miedo grave", puesto que éste no puede consistir en “sospechas, temor hipotético”, debe ser “inminente y grave” (Diccionario de Derecho canónico, C. Corral, José Ma. Urteaga, p.39)"

A raíz del reciente "Comunicado" de Mons. Fellay que se hace eco de la reunión de "Superiores de Distrito", de nuestras entradas exigiendo a las autoridades de la FSSPX una "fundamentación" de la aparente decisión de no aclanzar un acuerdo canónico en este momento y los comentarios suscitados aquí y allá a su respecto, nos propusimos indagar un poco más en el instituto del "miedo grave".

De lo que resulta que éste puede ser tanto presente como futuro (en todo caso y como dijimos, no "hipotético") y que se verifica cuando "el sujeto se ve necesariamente inducido a tener un comportamiento antijurídico y a elegir lo que le parece de momento como un mal menor" (A. D' Auria, "L' imputabilità", p. 157). Debe tratarse de un miedo "grave" y no "leve": así por ej. se considera que el "temor reverencial" es leve, y la gravedad debe evaluarse en relación a la "sensibilidad" del sujeto. Y basta el "miedo relativo", que afecta al sujeto concreto subjetivamente.

Entonces, en vistas de que lo que está en juego es la Fe y la expresión o defensa de la misma, teniendo presente la subjetividad implícita en el concepto, estamos en condiciones de decir que es posible alegar el "miedo grave". Y también, en mérito a esa misma "subjetividad" o "sensibilidad", establecer que puede haber grados, todos ellos respetables. 

Es "posible alegar" el "miedo grave" pero no tenemos certeza. Hay argumentos a favor: ej. ninguno de los "institutos tradicionales" en cuanto tales -en sus sitios respectivos o por otras vías- criticó la "Amoris laetitia" y eso habla de un limitación para expresar la Verdad. Y hay argumentos en contra: la crítica es posible, aunque más no sea a título personal como lo hicieron Prelados o laicos dentro de la "oficialidad". Por otro lado, podemos intuir el  "miedo grave" de Mons. Williamson -que lo justificaría en su actuar- y nos es difícil determinar el "miedo grave" que le cabría a Mons. Fellay si es que lo tiene y debió enfrentarse a él en alguna situación.